La devoción de la juventud ocañense a la imagen de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli fomenta la creación de otra de las hermandades más jóvenes de la Semana Santa de Ocaña.

El Jueves Santo de 1963 salieron por primera vez sesenta y tres hermanos revestidos con túnica carmelita. Actualmente son casi mil cien los integrantes de la hermandad. La idea fundacional de encarnar en la procesión los Misterios Dolorosos del Santo Rosario hubo de esperar varios años hasta verse canalizada. Primeramente, la hermandad procesionaría con varios pasos e imágenes, siendo la más importante la de su titular, Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, cedida y residente en el convento franciscano de Madres Clarisas de la villa. Junto a Él, vería la luz el Cristo atado a la columna, perteneciente a la parroquia de Santa María. Dos años después, en 1965 adquirirá los pasos de la Oración de Jesús en el huerto -representada por el Beso de Judas- y la Caída. En 1968, la hermandad adquiere el paso del Descendimiento. Y finalmente, en 1986 los Dominicos ceden un Cristo crucificado, con lo que el anhelado pensamiento se veía completado.

El momento álgido en cuanto al ascenso de su patrimonio, lo constituye el año 1983, pues adquiere las andas que hoy luce Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, cuyo diseño confeccionó el afamado escultor Luis Marco Pérez en 1952. Desde el año 1980, la Hermandad tenía todo su patrimonio depositado en la Iglesia de Santo Domingo (RR.PP. Dominicos) de la villa. En diciembre de 1999, el patrimonio de la Hermandad es trasladado a la Iglesia de San Juan Bautista, en la capilla de Santa Ana, desde donde partirá la procesión del Jueves Santo desde el año 2000 hasta el año 2012, en el cual, y debido a las obras de restauración de la Iglesia de San Juan Bautista, la Hermandad vuelve a comenzar la procesión desde la Iglesia de Santo Domingo. Una vez finalizadas las obras en ésta en el año 2017, la Hermandad vuelve a partir desde la Iglesia de San Juan Bautista a partir del año 2018.